Todos tenemos conflictos internos. Si alguna vez te ha escuchado decir que lucho con mi peso, con el ahorro de dinero, con la crianza de los hijos, con expresar mis sentimientos o simplemente con divertirme, entonces sabes lo que significa experimentar un conflicto interno.
Los conflictos internos son similares a una guerra de tirones entre el cerebro, el cuerpo y el espíritu. Es casi como si tu mente quisiera seguir viejos guiones y hábitos mientras tu espíritu está ansioso por crear otros nuevos. Sin conciencia, es probable que su cuerpo quede atrapado en medio de este intercambio acalorado.
Puede experimentar esto como una sensación de tira y afloja. Una parte de ti puede querer permitir el cambio mientras que otra parte de ti se resiste. En la vida diaria, esta dinámica se desarrolla a través del conflicto, la frustración, la inseguridad, la tensión y la reactividad.
Seguro que podrías echarle la culpa a tus circunstancias. Si no hubiera sido por las fiestas, nunca me hubiera comido ese pastel de chocolate o, si tan solo hubiera tenido más apoyo, podría haberlo hecho mejor en esa tarea. También podrías proyectarlo en las personas que te rodean enfocándote en sus fallas y debilidades. Sin embargo, como ya habrás notado, esto rara vez funciona.
Conflictos internos y cómo impactan nuestras vidas
Los conflictos internos suelen comenzar con afirmaciones como Estoy harto de , Siempre o Estoy tan cansado de y no es inusual que vayan acompañados de algún apretón de mandíbula, una bronca ocasional o un pisotón. También pueden ser más sutiles, por ejemplo, puede entusiasmarse con su plan para hacer ejercicio y comer bien.
En el momento en que te pierdes algunas clases de ejercicio, automáticamente sucumbes a la derrota. Las luchas internas debilitan tu autoestima al fortalecer tu ego. El ego es la parte de ti que compra el fracaso, los errores y el quebrantamiento. Tu espíritu, por otro lado, no necesita comprar nada porque ya te ve con todo lo que necesitas.
La clave es alinearte en mente, cuerpo y espíritu. Esta alineación permite que su espíritu entre completamente en su cuerpo, lo que inevitablemente afecta la forma en que ve y responde a su entorno.
A continuación se presentan algunas ideas y consejos que pueden ayudar a liberarse de este ciclo de separación. Es la separación la que alimenta la lucha. A medida que te conectas, ya no tienes la necesidad de ser algo diferente. En cambio, eres guiado a amar quién eres y con eso a menudo vienen cambios tanto internos como externos.
Maneras de manejar tus conflictos internos
1. Los conflictos se basan en la ilusión.
La ilusión sucede cuando nos apegamos a lo que no es real. Puedes pensar que esta grasa corporal es real para mí, sin embargo, la ciencia demuestra que lo que ves es solo una fracción de lo que es. Eres mucho más que tu apariencia o tu cuerpo. Las luchas son el intento de tu cuerpo de recordártelo.
2. Las luchas internas a menudo indican las áreas de su vida en las que usted mismo está ejerciendo una presión innecesaria.
Considere sentirse cómodo involucrando su cuerpo más que su mente. Una forma de hacerlo es a través de la respiración consciente. Inhala por la nariz y exhala por la nariz mientras colocas los pies firmemente en el suelo, haz esto durante algunas rondas hasta que te sientas más centrado.
3. Entrega tu voluntad. Es cuando intentamos superar nuestras luchas que terminamos sintiéndonos exhaustos.
Rendirse no significa que te rindas. Significa que te estás dando permiso para abrazar la energía tal como es. La energía te sirve mejor cuando está en movimiento. Aferrarse por pura voluntad eventualmente reducirá su energía.
Muy a menudo, la lucha ocurre porque tu mente está expulsando bastante energía y tu cuerpo se está agotando. La lucha es en realidad el intento de su cuerpo por recuperarlo.
4. La lucha ocurre cuando damos más de lo que recibimos.
Por ejemplo, cuando prestas toda tu atención a las necesidades de otra persona o intentas asumir responsabilidades adicionales, eventualmente tu cuerpo tendrá algo que decir al respecto. Esto se debe a que dar sin tomarse el tiempo para recibir es como decirle a tu espíritu que se mantenga alejado.
Tu espíritu es la parte de ti que ilumina tu resiliencia, fuerza y potencial. Para conectarte con este aspecto de ti mismo es importante que ejercites tu capacidad de recibir. Recibir es cómo tu espíritu se integra a tu cuerpo físico.
5. Para ser más hábil en recibirlo, es esencial que te des permiso para sentir.
Tus sentimientos aparecen como sensaciones en tu cuerpo. Considere inhalar lenta y profundamente por la nariz (inflar el abdomen) y exhalar por la nariz (desinflar el abdomen). Al final de la exhalación, haga una pausa y observe su sensación corporal. Esto es lo que se siente al recibir.
6. Abandona la mentalidad del bien contra el mal.
Esta mentalidad lo prepara para obtener alivio de lo bueno mientras lo malo lo agota. Vea todo como una elección, incluso sus “errores” o contratiempos percibidos.