El crecimiento es doloroso | 5 razones por las que sin cambio no hay crecimiento

Cuando hablamos de crecimiento , hablamos de avance, expansión, maduración, florecimiento y elevación más allá de nuestro estado actual. Sabemos que el crecimiento no se limita a los cambios físicos.

De hecho, el crecimiento mental, emocional o espiritual suele ser más desafiante que los cambios que encontramos en nuestro ser físico. Estos cambios pueden ser impulsados ​​por una variedad de factores, incluido el dolor.

Puede pensar que vivir en un mundo sin dolor nos haría mejores, pero he aquí por qué no debemos rehuir las experiencias negativas.

Además, echa un vistazo a nuestra colección de citas inspiradoras sobre el dolor para recordarte que el dolor es parte del crecimiento y así es como aprendemos.

Cómo el dolor puede conducir al crecimiento

1. El dolor nos obliga a elegir

Nuestro desarrollo y crecimiento personal a menudo toma forma durante viajes inesperados y las experiencias con las que debemos lidiar cuando nos encontramos en situaciones difíciles. Estos pueden hacernos cuestionar nuestra determinación y poner a prueba nuestra perseverancia.

Para crecer, debemos luchar contra el tira y afloja entre:

a.) Mantener el statu quo (nuestro nivel de comodidad actual) , y;

b.) Atreverse a buscar esa olla de oro que espera al final del arcoíris .

Es una elección difícil de hacer. En nuestra búsqueda por crecer, si elegimos lo último, estamos obligados a encontrar obstáculos, caernos, perdernos, desanimarnos, perder posesiones preciadas e incluso romper los lazos de algunas relaciones.

Alejarse de las personas y las posesiones puede ser bastante doloroso. Pero a veces, se requiere para despejar el camino que nos lleva a la meta que buscamos. Entonces, independientemente del dolor que sintamos, debemos tomar decisiones difíciles si queremos cumplir nuestros sueños.

2. El dolor fomenta el cambio, lo que nos impulsa a crecer.

Cuando nos encontramos con el fracaso o la pérdida, nos vemos obligados a reflexionar sobre nuestras elecciones, nuestras decisiones y sobre nosotros mismos . En estos casos, evaluamos lo que hacemos y cómo lo hacemos.

Abrimos nuestros ojos, oídos y corazones para reconocer inseguridades o carencias. Es en este estado que es más probable que controlemos nuestro ego y abracemos la humildad.

Al hacerlo, a menudo nos encontramos en un lugar en el que estamos dispuestos a admitir que hay elecciones que hacemos que pueden no estar alineadas con nuestros objetivos. Necesitamos estar ‘preparados’ para el cambio. A veces, solo necesitamos un ‘rehacer’ . Lo que parecía improbable puede convertirse en realidad gracias a nuestro dolor.

Haruki Murakami , lo expresó bien:

“Cuando salgas de la tormenta, no serás la misma persona que entró. De eso se trata esta tormenta”.

3. El dolor nos impulsa a buscar ayuda.

El fracaso o las experiencias difíciles pueden hacernos humildes. Esta humildad generalmente nos permite interpretar las situaciones de manera diferente o ver a las personas bajo una nueva luz. Empezamos a ver a los demás como socios, ayudantes y mentores, no simplemente como competidores.

Esto también nos permite estar abiertos a apoyarnos en los demás y pedir ayuda. Compartimos nuestros pensamientos e ideas. En lugar de centrarnos en tomar agresivamente de los demás, vemos la fuerza que podemos ganar cuando correspondemos.

Nos damos cuenta de que ser un ganador en la vida no significa que tengas que derribar a alguien más o bloquear su camino, significa que corres la mejor carrera que puedas.

A veces, sin dolor, no podemos ser obligados a relacionarnos con los demás. Pedir ayuda no es un signo de debilidad que otros puedan usar en nuestra contra. En su lugar, defínalos como oportunidades para conectarse, trabajar en red y ampliar la profundidad de nuestras experiencias.

4. El dolor sirve como incubadora para el crecimiento.

El dolor tiene el potencial de servir como un conducto para ayudarnos a formar nuevas ideas. A veces, cuando nos encontramos en una situación difícil, nos vemos obligados no solo a concentrarnos y trabajar duro, sino a “ pensar creativamente ”.

Mire las opciones que de otro modo no consideraría o ni siquiera habría pensado. De lo que parecía oscuro y desolado, la imaginación florecerá mientras intentamos salir de una condición que encontramos abrumadora. Es ese estado de elegir : rendirse o salir.

Desde una posición dolorosa, reúna todo el valor, la fuerza y ​​la sabiduría necesarios para elaborar soluciones y alternativas. Usa tu dolor para trazar un curso de acción. Cambia tu postura de estar a la defensiva ( intentar sobrevivir ) a estar a la ofensiva ( dirigir tu camino ).

Con renovada perseverancia, serás resiliente para enfrentar cualquier situación. Nuestras experiencias dolorosas pueden resultar en crecimiento y desarrollo personal más allá de nuestras expectativas.

5. El dolor construye nuestro conocimiento y experiencia, brindándonos herramientas para el éxito.

Hemos escuchado este dicho antes: “¡La experiencia es el mejor maestro!” El dolor construye la experiencia. De hecho, el dolor construye un almacén de lo que se debe y no se debe hacer al que todos podemos recurrir cuando tomamos decisiones y tomamos medidas. Los obstáculos y contratiempos que nos lastiman hoy, pueden servirnos para protegernos en el futuro.

Si tomamos estos eventos como lecciones aprendidas, no cometemos los mismos errores. No necesitamos enfrentar las mismas pérdidas porque ahora sabemos cómo cambiar rápidamente la situación.

Cada experiencia sirve de ejemplo para impulsarnos hacia adelante; disminuyendo nuestro miedo y ayudándonos a crecer. Cada experiencia dolorosa construye nuestra comprensión. Esto aumenta nuestra confianza en nosotros mismos y nos prepara para enfrentar una multitud de situaciones que se avecinan.

Sin dolor, no podemos prosperar. Así que no huyas de él, enfréntalo de frente para que puedas encontrar tu camino hacia el éxito. El dolor proporciona las herramientas que necesitamos para superar cada desafío. A continuación viviremos las palabras de Booker T. Washington :

“El éxito se mide no tanto por la posición que uno ha alcanzado en la vida como por los obstáculos que ha superado.”